Las
actitudes y comportamientos técnico-tácticos específicos de los jugadores en
proceso ofensivo según (Castelo, 1999).
LOS PORTEROS
El
portero dentro del proceso ofensivo es considerado el primer atacante, por lo
tanto, deberá aumentar o disminuir el ritmo de juego de su equipo a través de
la reposición rápida o lenta del balón en el juego, escogiendo al compañero
mejor colocado.
Deberá
romper el ritmo de juego ofensivo del equipo adversario a través de “demoras”
en la reposición del balón en el juego, de conducción del balón dentro de su
gran área o a través de pases cortos que serán devueltos por sus defensas
centrales, volantes o los laterales. Asegura constantemente líneas de pases
seguras a sus compañeros haciendo uso de las ventajas que las leyes de juego le
confieren, en lo que respecta a su control y protección del balón con las
manos. Desde su posición es posible una observación global del terreno de juego
y dirige esencialmente a los compañeros de la última línea defensiva.
Deberá
ejecutar los tiros de portería, evitando así, la inferioridad numérica que se
establecería si fuese un compañero el que lo efectuase. Deberá demostrar
tranquilidad, confianza y seguridad a los compañeros para que asuman
comportamientos más arriesgados al ver sus espaldas cubiertas, ubicadas y
posicionadas.
LOS DEFENSAS LATERALES O CARRILEROS
Tras la
recuperación de la posición del balón, deben inmediatamente desplazarse hacia
la línea lateral con el fin de abrir una posibilidad de pase, fundamentalmente
cuando su portero está en posesión de la pelota. Apoyan al ataque a través de
la utilización de su pasillo de juego, saliendo desde atrás, desequilibrando y
creando situaciones de superioridad numérica o explorando los espacios libres.
Estos comportamientos deben verificarse a partir del correcto entendimiento con
los compañeros de los sectores medios y ofensivos con el fin de evitar gastos
de energía inútiles.
Cuando
sea necesario, deberá cumplir misiones tácticas de media ala o externo medio.
Evita la ejecución de pases laterales (especialmente largos y de trayectoria
aérea) desde su pasillo hacia el centro del espacio de juego.
Aunque no
se encuentren en el centro de acción, deberán estar siempre preparados para
intervenir sobre el balón. Cuando detecten el momento idóneo, deberán
aprovechar su pasillo de juego para intentar el contraataque desplazándose
hacia la zona posterior de los defensas rivales.
Ejecutan
acciones que establecen equilibrios defensivos, vigilando a jugadores y
cambiando sus funciones con el defensa central (coberturas con el compañero).
Ejecutan los lanzamientos de la línea lateral de sus pasillos.
LOS DEFENSAS CENTRALES
Coordinan
y cooperan con el otro defensa central cuando uno de ellos se incorpora a la
fase ofensiva del juego (especialmente en la ejecución de esquemas tácticos).
Suben al medio campo cuando el equipo está en proceso ofensivo, disminuyendo
así la profundidad del equipo.
Aprovecharan
todas las oportunidades para incorporarse al ataque, intentando crear
situaciones de superioridad numérica o de desequilibrio del método defensivo
adversario, debido a los desmarcajes de ruptura perpendicular.
Su
posición en el sector central presenta condiciones optimas para servir a los
jugadores que juegan en las zonas (medios extremos o defensas laterales)
aprovechando los espacios por detrás de la última línea defensiva adversaria.
Participan en las situaciones de balón parado con el fin de aumentar, valorar
sus capacidades particulares (córner, tiros libres), es en algunas situaciones,
el elemento terminal de la situación.
LOS CENTROCAMPISTAS O VOLANTES DEFENSIVOS U
OFENSIVOS
Tácticamente
los centrocampistas deberán asumir un comportamiento que muestra gran
equilibrio tanto en la ejecución de funciones ofensivas como defensivas, marcan
el ritmo de juego aumentándolo o disminuyéndolo. En la fase ofensiva, deben
apoyar constantemente la acción y tienen muchas veces la función de
organizadores de juego. En este sentido, deben evitar usar acciones de
conducción de balón cuando es posible efectuar el pase a un compañero mejor
colocado, utilizando incluso, de acuerdo con las circunstancias del juego,
pases largos con el fin de aislar a algún compañero.
Deberán
entregar el balón con rapidez para que los compañeros no se encuentren en
permanentes desmarcajes. Así, siempre que sea posible, deberán jugar al primer
o segundo toque, aumentando de este modo la velocidad de la circulación del
balón. Comúnmente, deberán de inmediato estar disponibles y preparados para
recibir de nuevo el pase del compañero.
El
centrocampista es normalmente el jugador más inteligente y con un alto nivel de
raciocinio táctico, pues se adapta de forma creativa a las situaciones
concretas de juego y el plano táctico del ataque. Debido a su gran eficacia
técnico-táctica, deberá crear desarrollar y culminar cuando sean posibles los
ataques a través de remates de larga o corta distancia, asumiendo así las
responsabilidades inherentes a la ejecución y consecuencia de esta acción
técnica.
Se
desmarcara hacia los espacios libres en los sectores o pasillos de juego tras
las espaldas de las defensas, en este sentido, colabora de forma racional con
los delanteros o medios extremos. Además deberá colaborar con el marcaje en los
saques de esquina, marcando y participando en su culminación o construyendo el
equilibrio defensivo.
LOS MEDIOS EXTREMOS (MEDIO IZQUIERDO O DERECHO)
Su
función principal es crear situaciones inminentes de remate utilizando su
velocidad y capacidad para driblar. Deberá tener un remate eficaz a partir de
ángulos reducidos. Marcara los saques de esquina. Su movilidad será constante
con el fin de encontrar los espacios libres o arrastrar consigo a uno o más
defensas para que los otros compañeros puedan explorar ese espacio.
Se
desmarcara hacia las zonas del delantero con la intención de desequilibrar la
defensa. En los saques de esquina contrarios, deberá colocarse en la zona
central y fuera del área de penalti, preparándose mentalmente para el
contraataque o contragolpe.
LOS DELANTEROS O PUNTAS.
Su
principal función es de marcar goles, es el jugador que se coloca más cerca de
la portería adversaria, dando así profundidad al proceso ofensivo del equipo.
Además atraerá a los defensas centrales hacia posiciones falsas, facilitando la
penetración de sus colegas hacia zonas vitales de terreno de juego. Deberá
tener una movilidad constante desmarcándose hacia lo extremos buscado apoyo de
los centro campistas o medios extremos.
Por
último dominara la acción técnica-táctica de remate, en cualquier posición o
situación, puede ser con el (pie o cabeza), será espontanea, creativo y asumirá
la responsabilidad de culminar el ataque.
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