Los
jugadores de fútbol, sin saberlo, no siempre suelen aprovechar al máximo su
velocidad dentro del campo de juego. Averiguar los motivos de ello y por qué es
tan importante su aceleración.
Durante los
90 minutos de un partido de fútbol, los jugadores se ven expuestos
constantemente a diferentes situaciones de disputa, ya sea por el balón, por
cubrir a un rival, por intentar llegar a un espacio vacío descuidado por su
oponente para atacar, y otras más que puedan llegar a suscitarse.
La
similitud que podemos llegar a encontrar en todos estos actos es que cada uno
de ellos precisa de la velocidad del jugador. Pero esto no es suficiente, ya
que no siempre la misma es aprovechada de la mejor manera.
¿A qué se
debe esto? A la mala administración de la aceleración cuando se despega, por lo
que será necesario investigar un poco más a fondo esta cuestión si deseas
mejorarla. Conoce un poco más acerca de los factores determinantes en la
aceleración de los futbolistas.
¿A qué se debe nuestra velocidad?
La
velocidad en línea recta ha sido analizada por especialistas de
acondicionamiento. Se ha analizado a la velocidad de arranque, la aceleración,
la velocidad máxima, la desaceleración y la velocidad cooperativa.
La
velocidad de arranque es en gran parte una respuesta a algún estímulo que
implica una serie de procesos cognitivos. Por ejemplo: estar cubriendo a
un delantero; el centrocampista que ve a su delantero, mira hacia abajo y
golpea la pelota.
Para
concretar este paso, se deben tomar una serie de decisiones de forma rápida.
Por ejemplo: ¿Hacia qué espacio se está moviendo el delantero? ¿Cuál es su
velocidad? ¿Qué velocidad y qué efecto debo darle al pase? ¿Doy el pase por el
suelo o en el aire?
Todo esto
y más se hace en fracciones de segundo, cada vez que algo cambia con la pelota.
Estas son parte de las funciones mentales que terminan conformando la velocidad
de pensamiento y las reacciones. Estos no son reflejos; son reacciones,
que no son lo mismo.
Un reflejo,
como el reflejo rotuliano, no involucra al cerebro. En cambio, una reacción sí
lo hace, porque es allí en el cerebro donde se procesa, interpreta y decide
sobre una respuesta coordinada.
¿Cómo podemos mejorar nuestras reacciones y nuestra
velocidad?
A través
de la práctica y la repetición deliberada. Algunos dicen que la
diferencia entre los jugadores de élite y los de no tanta élite, es que los
jugadores de élite han practicado tanto que la ejecución de sus habilidades es
su segunda naturaleza, siendo realizadas en un nivel subconsciente y
permitiéndole a la parte consciente del cerebro enfocarse en la parte táctica y
no en la habilidad.
La parte
de correr puede ser mejorada. Esto también es mental, porque al mejorar en la
velocidad de carrera, estamos cambiando en gran medida cómo ejecutamos la
habilidad. En el futbol, la mejora de la velocidad de punta de un sprint no es
tan importante.
¿Por qué?
Observa a los velocistas de 100 metros. Estos corredores no alcanzan su
velocidad máxima hasta el tercio medio de la carrera; se tarda 30 metros
para llegar a la máxima velocidad. En el fútbol, los sprints completos (es
decir, más de 30 metros) son bastante raros, porque la mayoría son de 30 metros
o menos.
Esto
significa que el tiempo dedicado a la enseñanza para aumentar la velocidad de
punta de los sprints podría ser mejor invertido en otras cosas, como por
ejemplo: los primeros 30 metros en donde el jugador está reaccionando y
acelerando, pero nunca alcanzando la velocidad máxima. Con esto, queremos decir
que los pasos iníciales son los más importantes.
¿Cómo podemos mejorar nuestros pasos iníciales?
Para que
los primeros pasos adopten una buena forma, son fundamentales 3 factores:
postura, acción de brazos y la acción de piernas.
1. Postura
La
mayoría de la gente se dobla en la cintura cuando corre, principalmente al
despegar. Si bien, es cierto que debemos inclinarnos cuando aceleramos, la
inclinación debe provenir del tobillo, no de la cintura.
2. Acción de brazos
Todos
sabemos que los brazos y las piernas trabajan juntos diagonalmente; es decir,
la pierna izquierda y el brazo derecho hacia adelante y las otras extremidades
hacia atrás.
Una
acción de brazo exagerada en la altura y la velocidad de balanceo de los brazos
ayuda a la acción de la pierna cuando corremos rápido.
3. Acción de piernas
En los
primeros 4 o 6 pasos deberíamos centrarnos en empujar contra el suelo de una
manera tal que podamos impulsar el cuerpo hacia adelante.
Aquí es
donde muchos jugadores jóvenes se equivocan, ya que piensan erróneamente que al
tomar grandes zancadas van a cubrir mucho terreno rápidamente. Si ese primer
paso es largo, a continuación estarían desacelerándose a sí mismos por estar
aplicando una fuerza de frenado hasta que sus cuerpos y sus pies estén pesados,
y recién ahí comienzan a empujar contra el suelo para seguir adelante.
En
cambio, si estos primeros pasos son cortos, estarán empleando todo su esfuerzo
para empujar contra el suelo y lograrán propulsarse a sí mismos hacia adelante.
Después de 4 o 5 pasos, luego podrán estar más erguidos y traer sus caderas
bajo sus troncos.
Conclusión
Por todo
lo dicho anteriormente, queda más que claro que lo más importante es trabajar
los primeros 30 metros de recorrido de un jugador, pero principalmente,
sus primeros pasos iníciales cuando arranca.
Si los
pasos iníciales están bien trabajados, será mucho más fácil para ti conseguir
una aceleración óptima, al punto que sentirás una diferencia importante con
respecto a tu velocidad de despegue y tu forma de correr anterior.
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